¿Por qué la gente actúa de una forma u otra, a veces haciendo actos nobles, y a veces egoístas o, peor aún, crueles? ¿Qué impulsa su elección? Dices: ¿la meta? Pero puedes llegar a la meta de diferentes maneras, y la persona misma elige sus metas. Los psicólogos dicen que los motivos gobiernan el comportamiento de las personas. Habiendo aprendido la motivación del individuo, entenderemos por qué actúa de una forma u otra.
Motivos y motivación desde el punto de vista de la psicología
La actividad de cualquier criatura viviente está asociada a necesidades. Esto se puede decir del hombre, solo que sus necesidades son mucho más ricas y diversas que las de los animales. Al darse cuenta de su deseo, una persona busca satisfacerlo, es decir, se fija una meta y organiza actividades para lograrlo.
Pero puedes satisfacer la necesidad de diferentes formas y puedes avanzar hacia la meta de más de una forma. Digamos que quieres ser exitoso y famoso. Esto se puede lograr de diferentes maneras: practique deportes y conviértase en un campeón, escriba un libro sobresaliente y conviértase en un escritor famoso, comience su propio negocio, venza a todos los competidores y hágase famoso, realice un viaje de autostop y publique sus notas en su propio blog.
El camino que elijas depende del motivo, o más bien, incluso de todo un complejo de motivos. En psicología, un motivo se ve como una circunstancia que nos impulsa a elegir una u otra acción. Es un impulso energético que le da a nuestro movimiento una cierta dirección.
Por ejemplo, un estudiante tiene como objetivo aprender bien una lección y obtener una calificación excelente. El motivo aquí puede ser el deseo de obtener la aprobación de los adultos (padres y maestros) o de evitar el castigo por una mala calificación, la necesidad de aprender cosas nuevas, adquirir los conocimientos necesarios para ingresar a una universidad, ganarse el respeto de los compañeros, terminar el término bien y recibir el teléfono inteligente prometido de los padres, etc. e) Lo más probable es que, en esta situación, no haya uno, pero hay muchos incentivos en funcionamiento.
Dado que el comportamiento de una persona suele estar regido por varios motivos, se acostumbra hablar de motivación. El problema de la motivación es uno de los más difíciles en psicología, porque muchas veces la persona misma no da cuenta de qué motivos le guían cuando realiza algún acto. Los motivos latentes pueden asociarse con recuerdos, miedos, deseos que están en lo profundo del subconsciente. No hay acceso consciente a la información almacenada en este nivel profundo de la psique, no somos conscientes de estos motivos, solo experimentamos la experiencia de tensión e incomodidad, que nos esforzamos por superar tomando ciertas acciones.
Entonces, el objetivo es aquello por lo que nos esforzamos, y el motivo es la razón por la cual el logro de este objetivo es importante para nosotros. La motivación en psicología tiene dos significados: un conjunto de motivos que rigen el comportamiento humano y el proceso mismo de esta gestión.
Tipos de motivos
La clasificación de los motivos es una tarea difícil, porque hay muchas circunstancias que inducen a la acción. Varias direcciones y escuelas de psicología tienen sus propias clasificaciones, y en las ciencias domésticas no hay consenso sobre este tema. El más común y más importante es la selección de 4 grupos de motivos.
Motivos externos e internos
Estos dos tipos de motivos significan mucho no solo en la elección de los medios y formas de lograr el objetivo, sino también en la manifestación de la individualidad del individuo.
Los motivos internos son circunstancias asociadas con la persona misma y con su actitud hacia la actividad. Los motivos intrínsecos incluyen intereses, pasatiempos, la necesidad de emociones positivas y el deseo de evitar las negativas, el deseo de aumentar la autoestima, cumplir con el deber, mostrar amor y cuidado por los seres queridos, etc.
La motivación intrínseca es bastante estable, ya que los cambios en nuestra cosmovisión, en el ámbito de intereses y creencias, en las actitudes hacia los demás se producen de forma paulatina. En el ejemplo anterior, cuando un estudiante pretende aprender bien una lección, los motivos internos incluyen los siguientes: interés en el tema, el deseo de adquirir nuevos conocimientos, aumentar la autoestima y sentir satisfacción por un trabajo bien hecho.
Los motivos externos se asocian a circunstancias que no dependen de la persona y están fuera de ella y del ámbito de actividad sobre el que se influye. Esto puede ser la opinión pública y los caprichos del clima, responsabilidades profesionales y el deseo de obtener salarios más altos o evitar el castigo. Si, en un esfuerzo por completar mejor la tarea, el estudiante se enfoca solo en la evaluación o el estímulo de los adultos, si espera que el éxito le permita mendigar lo que necesita de sus padres, entonces esta es una motivación externa.
Los psicólogos creen que los motivos externos juegan un papel importante en la vida de una persona, ya que el estímulo o la censura de la sociedad es muy importante para nosotros. Estos motivos suelen ser más efectivos que los internos y son fáciles de usar para controlar a una persona. Sin embargo, desde el punto de vista del desarrollo personal y la mejora y productividad de la actividad, es preferible la motivación intrínseca. Por ejemplo, la creatividad tiene que ver casi exclusivamente con la motivación intrínseca.
Motivos positivos y negativos
Los motivos, como las necesidades, están asociados con las emociones. En muchos sentidos, es el deseo de experimentar sentimientos positivos, agradables y evitar los desagradables lo que nos guía a la hora de elegir una u otra opción de actuación. Los motivos para evitar el miedo, la ansiedad, el dolor, el castigo, etc. son negativos y los asociados con el deseo de obtener placer, placer, alegría, positivos.
Los psicólogos aún no pueden llegar a un consenso sobre qué tipo de motivación es más eficaz. De hecho, el miedo puede ser un estímulo muy poderoso, así como el deseo de evitar la experiencia del dolor físico y mental. Los motivos negativos pueden inducir a una persona a superar obstáculos en el camino hacia la meta prevista, hacer que trabajen hasta que se agoten o soportar la comunicación con personas desagradables. Pero destruyen la personalidad humana, destruyen la dignidad y la autoestima. Si bien la motivación positiva aumenta la autoestima, proporciona un estímulo positivo para el desarrollo personal.
Motivación para alcanzar el éxito
Entre los diversos motivos que nos impulsan, la motivación para el éxito se ha vuelto especialmente popular últimamente. Esto se debe a la comprensión del éxito como un valor vital significativo. El éxito es prestigioso, atrae no solo por los beneficios materiales que lo acompañan y una sensación de satisfacción personal. Lo principal del éxito es el reconocimiento público, que aumenta el estatus social de una persona.
Parecería que todo el mundo tiene la necesidad de convertirse en una persona de éxito, pero de hecho, en el camino del éxito hay muchos obstáculos que parecen insuperables. La principal es la desmotivación, de ese impulso energético que movería a una persona de su lugar confortable habitual, la obligaría a salir de su zona de confort y mantendría su deseo de avanzar hacia la meta, superando obstáculos.
Si tiene tal problema y no se está moviendo hacia la meta, pero marcando el tiempo con vacilación, pregúntese: «¿Por qué?» ¿Por qué necesitas este objetivo? ¿Qué quieres conseguir cuando llegues a la cima? Si no ha escuchado una respuesta clara de su parte, entonces tal vez realmente no necesite este objetivo, ¿y es mejor establecer otro? ¿O piensas más en serio y encuentras esos motivos ocultos que pueden convertirse en la fuente de tu movimiento?
La razón de los problemas para motivar el éxito puede ser la lejanía de la meta. Parece atractiva, pero está perdida en una distancia tan inmensa que parece inalcanzable. En este caso, debe dividir el camino en segmentos relativamente pequeños y establecer objetivos intermedios. Pasando de uno a otro, seguro que logrará el éxito.
El problema de la lucha de motivos
Como ya se mencionó, al mismo tiempo una persona está controlada por varios motivos y, a menudo, lo impulsa a tomar diferentes acciones. Por ejemplo, una situación clásica. Temprano en la mañana, suena el despertador, que usted configura especialmente para levantarse temprano y hacer su carrera matutina. Pero eso fue ayer, y ahora realmente no quiero salir arrastrándome de debajo de una cálida manta, cuando puedes dormir otra media hora. ¿Qué elegirás, qué motivo ganará? Depende de muchos factores, incluida la importancia de los motivos, la fuerza de voluntad, el sentido común y los incentivos adicionales. Por ejemplo, si accedió a correr con un amigo, él lo estará esperando.
En el ejemplo dado, la situación no es tan crítica, pero sucede que una persona se enfrenta a una elección muy difícil: salvarse a sí mismo o salvar a otras personas, cometer un delito y lograr el objetivo o no cometer y rechazar lo que el quiere. La lucha de motivos puede convertirse en fuente de un conflicto interno muy complejo y difícil, llevar al desarrollo de neurosis o depresión.
Los psicólogos en una situación de lucha de motivos aconsejan apoyarse en la esfera racional, es decir, no sucumbir a las emociones, reflexionar sobre los argumentos a favor y en contra, evaluar los pros y contras de una u otra opción de acción. Y lo más importante, céntrese en los motivos socialmente más importantes. Después de todo, habiendo logrado su objetivo, pero habiendo perdido la confianza y el respeto de la sociedad, perderá más de lo que recibirá.
A pesar de que no conocemos todos los motivos, es posible gestionar la esfera motivacional. Para hacer esto, vale la pena aprender a construir una jerarquía de motivos, enfocándose en los más importantes y significativos. La jerarquía de motivos está asociada con los valores sociales y aquellas prioridades que están en nuestra vida.
